jueves, 24 de marzo de 2011

La gallina de los huevos de oro

Hoy creo que aportaré a mi pequeño rincón culinario un poco de teoría sobre un ingrediente básico y que no debe faltar en ninguna cocina nunca.
EL HUEVO.
El huevo es fascinante. Sus preparaciones van desde cocido en su cáscara hasta separar claras de huevos para postres. Entre ambas tenemos varios métodos de cocinarlo: poché, en tortillas, fritos, rotos, etc. Hay varios tipos de huevos comestibles como los de gallina, pato, oca, emú, codorniz o avestruz, por nombrar los mas utilizados. Nutritívamente son todos prácticamente iguales. Me centraré en los de gallina, que dividimos en dos clases: Huevos rubios y huevos blancos. El color de la cáscara sólo nos indica la clase de gallina que lo ha puesto. Hoy en día se pueden comprar huevos en cualquier supermercado o pequeña tienda de alimentación. Los mejores son los huevos frescos de gallinas "caseras". Su yema es de un color anaranjado intenso mientras que las yemas de las gallinas de granjas criadas a base de piensos son amarillentas y pálidas.
En una publicación anterior expliqué cómo hacer una tortilla francesa de una manera muy sencilla. Pues hoy ampliaremos esa receta. Así cómo es de fácil hacerla únicamente de huevos, podemos añadirle todo tipo de ingredientes.
La noche pasada hice una de verduritas. Es tan sencillo como hacer una pequeña selección de verduras, picarlas finamente y añadirlas a los huevos batidos. Yo elegí chalota, pimiento rojo, calabacín (sin piel) y piñones.
Podemos también añadirle algunas hierbas aromáticas. Yo usé tomillo, pimienta en grano ( 3 ó 4 ) granos y sal. Es aconsejable machacarlas en un mortero de mármol y añadirlas al huevo en el momento de hacer la tortilla.
Seguid los consejos del vídeo de Julia en la publicación: The magic frying pan. Éxito asegurado y....Bon Appétit!

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